Por euro invertido en vacunas, ahorro de 4/5€ costes médicos directos evitados

14/7/2014
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Por euro invertido en vacunas, ahorro de 4/5€ costes médicos directos evitados
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A este ahorro habría que añadir los generados por las bajas laborales o las pérdidas de productividad evitadas.

Las vacunas han permitido reducir en más del 95% todas las enfermedades infecciosas evitables en los países desarrollados.

La vacunación es una de las intervenciones más coste-efectivas en comparación con otras medidas preventivas como son dejar de fumar, los sistemas de sujeción de los niños en automóviles o la cloración del agua potable.

Según los expertos reunidos en el encuentro 'Vacunas y sostenibilidad' que se ha celebrado en Santander del 9 al 11 julio, la vacunación representa una medida eficaz para alcanzar la sostenibilidad del sistema sanitario al prevenir tanto enfermedades como sus consecuencias debilitantes, disminuir el número de hospitalizaciones y visitas ambulatorias, así como reducir el gasto farmacéutico. Sólo en costes directos médicos evitados, por cada euro invertido en vacunas se ahorran entre 4 y 5 euros. A este ahorro habría que añadir los ahorros invisibles derivados de gastos indirectos como son los generados por el absentismo laboral o la pérdida de productividad.

Las vacunas generan ahorro por tres vías. En primer lugar reducen y evitan enfermedades lo que supone una reducción en costes sanitarios futuros, que en muchos casos son elevados. En segundo lugar, evitan pérdidas de días laborales y por último, mantienen el stock de capital humano de la población, contribuyendo al crecimiento de la productividad de los diferentes países”, comenta Álvaro Hidalgo, director del Seminario de Investigación en Economía de la Salud Universidad Castilla-La Mancha Instituto Max Weber y ponente de este encuentro.

Las vacunas han permitido reducir en más del 95% todas las infecciones evitables en los países desarrollados desde su introducción hasta nuestros díasvi. “Pocas intervenciones sanitarias han conseguido tantos resultados en la prevención de las enfermedades como la aplicación sistemática y masiva de vacunas a la población general y, probablemente, ninguna otra actividad biomédica haya salvado más vidas”, comenta el doctor Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología y director de este curso. “Desde esta perspectiva, las vacunas se han configurado como una de las herramientas más eficaces, efectivas y eficientes con las que cuenta el sistema sanitario. Así, junto a las mejores condiciones de vida, la aparición de los antibióticos, de las medidas de desinfección, desinsectación y desratización etc., las vacunas han contribuido decisivamente a la modificación del patrón epidemiológico en los países desarrollados”, añade.

A pesar de ello, tanto para la población general, como para muchos profesionales de la salud, la vacunación se asocia a calendarios oficiales que al ser aplicados de forma rutinaria no se contempla como una actividad preventiva de alto valor. En este sentido, el Dr. García Rojas, comenta: “Para la población, la vacunación incluida en los calendarios vacunales oficiales se asume de una manera natural, pero se perciben con más dificultad los beneficios de otras alternativas, salvo en situaciones de crisis o de alarma social. Igualmente sucede con el Sistema Sanitario, que las considera en ocasiones como un gasto que hay que controlar, y del que hay que demostrar muy bien sus bondades antes de su introducción y su financiación”.

Prevención y envejecimiento saludable
Las vacunas son productos biológicos que tienen un desarrollo complejo y están sujetas a procedimientos de registro sanitarios estrictos –más que los medicamentos- al administrarse en personas sanas. Además, constituyen una de las intervenciones más coste-efectivas en comparación con otras medidas preventivas. Si se analiza el coste-efectividad de los programas de vacunación la cifra es muy superior a medidas preventivas, tales como, dejar de fumar, los sistemas de sujeción de los niños en automóviles o la cloración del agua potable.

La prevención de enfermedades mediante vacunación lleva aparejada una reducción de la carga social y económica para el sistema sanitario, máxime en un escenario de envejecimiento progresivo de la población. “Con las vacunas mejoramos la calidad y cantidad de vida, contribuyendo de manera decisiva al envejecimiento activo de la población” explica el Dr. García Rojas.

Según la encuesta realizada recientemente por Nielsen y Sanofi Pasteur MSD el 92% de los españoles mayores de 50 años está preocupado por perder su autonomía y necesitar cuidados. En este contexto, los españoles encuestados consideran muy importante la prevención de cualquier enfermedad, sobre todo si se trata de enfermedades graves como el cáncer, enfermedades dolorosas o crónicas. En este sentido, Ricardo Brage, Director General de Sanofi Pasteur MSD, señala que en el marco de una Europa envejecida "el reto no radica en que las personas vivan más años, sino que vivan con mayor calidad de vida, de forma que evitar el desarrollo y consecuencias de las enfermedades debilitantes y/o dolorosas propias del envejecimiento debe ser una prioridad para los sistemas sanitarios". A medida que se envejece se incrementa la probabilidad de contraer enfermedades infecciosas por la debilitación progresiva del sistema inmune. Por ello, “velar por la prevención en el adulto resulta prioritario, y a fecha de hoy es una asignatura pendiente", señala Brage. "Un aumento de las coberturas traería consigo la reducción de los riesgos y complicaciones que se pueden prevenir mediante la vacunación, y que se multiplican con el paso de los años", añade.

Las vacunas en el puesto de trabajo
El valor de la correcta vacunación en el ámbito laboral es doble: evitan enfermedades y, con ello, reducen los costes indirectos (bajas laborales, pérdidas de productividad, cuidado de los hijos en casa por enfermedad, y mortalidad evitable).

Asimismo, una correcta vacunación resulta imprescindible en el caso de colectivos que prestan servicios esenciales a la población, como son personal sanitario, educativo, fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado. En ellos, la vacunación además de una medida de salud pública se convierte en un acto de responsabilidad social al favorecer su protección frente a diferentes virus y evitar convertirse en vehículos de transmisión.

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