La Consejería de Salud de la Generalitat de Cataluña comenzará en abril un programa para que las farmacias hagan un seguimiento de la adherencia al tratamiento de 1.000 pacientes crónicos.

Desde el próximo mes de abril, en cerca de 200 farmacias comunitarias de 27 Áreas Básicas de Salud (ABS) de toda Cataluña la Consejería de Salud de la Generalitat de Cataluña pondrá en marcha un programa piloto para hacer un seguimiento y control de la adherencia al tratamiento de un millar de pacientes crónicos complejos. Con ello, pretenden garantizar una atención más cercana y aliviar la presión asistencial de los Centros de Atención Primaria (CAP).

El programa ha sido bautizado como PCAF. Consiste en un sistema de mensajería electrónica entre el médico de Atención Primaria y el farmacéutico, según Jordi de Dalmases, presidente del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña, que explica que “a través de la receta electrónica podremos hacer apreciaciones sobre la medicación y comunicar si el paciente cumple el tratamiento”.

Así, el farmacéutico comprobará los efectos y contraindicaciones de todos los fármacos que toma un paciente crónico complejo y “hará un seguimiento para garantizar una correcta adherencia”. Esto podría suponer una reducción de las consultas al CAP y de los ingresos hospitalarios.

Los médicos de Primaria serán los que detecten los pacientes crónicos complejos que puedan beneficiarse del programa. El piloto tendrá una duración de un año y se prevé que se pueda extender a toda la comunidad autónoma a partir de la primavera de 2.016.

Según Dalmases esta iniciativa “empieza a dibujar cómo será el farmacéutico del futuro, todavía más cercano y comprometido con el efecto de los fármacos y la adherencia a los tratamientos” y con servicios más personalizados. Teniendo en cuenta que en Cataluña hay 3.300 farmacias y el 90% de población cuenta con un establecimiento a menos de 250 metros, “el farmacéutico es quien mejor puede hacer esto porque es el que está más cerca del ciudadano”.