Vortioxetina, primera innovación terapéutica en depresión tras una década

25/4/2016
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Vortioxetina, primera innovación terapéutica en depresión tras una década
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Sistema nervioso  

Es el primer fármaco de una nueva generación de antidepresivos multimodales.

Cuenta con amplia eficacia antidepresiva y excelente perfil de tolerabilidad.

También ha demostrado su eficacia en el tratamiento de los síntomas cognitivos de la depresión.

Lundbeck ha lanzado al mercado español vortioxetina, comercializado bajo el nombre de Brintellix. Se trata del primer fármaco de una nueva generación de antidepresivos con un innovador mecanismo de acción multimodal.

Vortioxetina representa la primera innovación terapéutica en depresión tras más de una década. Se trata de un nuevo antidepresivo multimodal con amplia y sólida eficacia antidepresiva y un excelente perfil de tolerabilidad. Además del efecto antidepresivo general, vortioxetina también ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de los síntomas cognitivos de la depresión -que afectan al funcionamiento y a la productividad del paciente- y en pacientes con respuesta inadecuada a un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) o a un inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN).

Vortioxetina es eficaz en el tratamiento de la depresión en adultos y ancianos y como tratamiento de mantenimiento para prevenir recaídas. Produce una mejoría global del Trastorno Depresivo Mayor (TDM), que se observa en los ítems de la Escala de Depresión de Montgomery-Asberg (MADRS) o de la impresión clínica global. Además, mejora medidas clínicamente relevantes como las tasas de respuesta y remisión.

A diferencia de los ISRS e IRSN, vortioxetina modula la actividad de varios receptores serotoninérgicos, además de inhibir la recaptación de serotonina. Se cree que estas acciones múltiples actúan de manera sinérgica produciendo los efectos antidepresivos, ansiolíticos y sobre los síntomas cognitivos que vortioxetina ha demostrado en estudios preclínicos y clínicos. La baja incidencia de efectos adversos (en comparación con los ISRS e IRSN) también se considera debida a su mecanismo de acción multimodal.

Para el doctor Enric Álvarez, director del Servicio de Psiquiatría del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y Profesor Titular de Psiquiatría en la Universidad Autónoma de Barcelona. CiberSam. IBsantpau, "vortioxetina ofrece mejor tolerabilidad y una probable mejor efectividad. Su valor diferencial reside en la mejoría de la función cognitiva y en la mayor preservación del impulso sexual".

En comparación con los ISRS e IRSN, el perfil de tolerabilidad y seguridad de vortioxetina es favorable, con niveles de insomnio similares a los observados con placebo, baja incidencia de disfunción sexual, sin aumento de peso ni prolongación QTc (una alteración de la actividad eléctrica del corazón que se refleja en el electrocardiograma como un aumento del tiempo entre el comienzo de la onda Q y el final de la onda T. Si se encuentra anormalmente prolongado puede generar arritmias ventriculares) y efectos sobre la presión arterial, la frecuencia cardíaca y las funciones renal y hepática similares a los observados con placebo. A diferencia de lo que ocurre con otros antidepresivos, el tratamiento con vortioxetina se puede suspender bruscamente sin que se observen síntomas de retirada.

Se presenta en forma de comprimido oral (5 mg y 10 mg) para su administración una vez al día. En general, la dosis de vortioxetina recomendada para garantizar una mejoría adecuada de los síntomas depresivos será de 10 mg/día para pacientes adultos.

Como explica Susana Gómez-Lus, ,medical manager de Lundbeck España, “entre el 50% y 60% de los pacientes no alcanza una respuesta óptima con las opciones de tratamiento de la depresión existentes hasta ahora. Al alto porcentaje de fracaso de la terapia se debe sumar la baja tasa de remisión con los tratamientos de primera línea y la prevalencia de síntomas residuales, como los síntomas cognitivos, en aquellos pacientes que alcanzan la remisión. Estos datos hacen necesaria la aparición de nuevos tratamientos con mecanismos de acción distintos y mayor eficacia clínica que contribuyan a recuperar la funcionalidad del paciente con depresión”.

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