La vacunación contra la gripe en España, lejos del objetivo de la OMS

27/11/2017
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La vacunación contra la gripe en España, lejos del objetivo de la OMS
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Antiinfecciosos  

A estas alturas de la campaña, en el conjunto de España, sólo se ha vacunado el 29% de las personas mayores de 65 años según los datos recogidos en El Gripómetro.

La Organización Mundial de la Salud se ha marcado el objetivo de alcanzar una tasa de vacunación del 75% en los colectivos denominados de riesgo, entre los que se encuentran los mayores de 65 años.

La tasa de inmunización entre los profesionales sanitarios se sitúa, de momento, en el 25,6%, casi 15 puntos por debajo del 40% que fijaron las autoridades sanitarias españolas como objetivo para la campaña 2017-2018.

A pesar del deseo del Consejo Interterritorial de alcanzar o superar esta temporada una cobertura de vacunación del 65% en el grupo de edad mayor o igual de 65 años, a estas alturas de la campaña de vacunación sólo se ha inmunizado el 29% de este colectivo.

La proporción es todavía inferior entre la población de 18 a 64 años, ya que el porcentaje se sitúa en el 15,9%. El único grupo que seguramente presentará un incremento en el índice de inmunización contra la gripe respecto al de la campaña pasada es el de los profesionales sanitarios ya que, en estos momentos, es del 25,6%, y tiene cerca la cifra alcanzada el año pasado (31,5%).

Según los datos recogidos por el El Gripómetro, el estudio demográfico llevado a cabo por Sanofi Pasteur para conocer la tasa de vacunación contra la gripe a nivel nacional, las cifras se sitúan por debajo de lo deseado por la OMS en todas las comunidades autónomas.

A pesar de la recomendación por parte de las autoridades sanitarias de vacunarse anualmente contra la gripe para evitar contraer la enfermedad y reducir así el riesgo de contagio, los datos demuestran que el mensaje no ha calado suficientemente en la ciudadanía.

Entre la población general, las comunidades más concienciadas son Madrid (27%), Asturias (24,2%) y Cantabria (22,2%), mientras que las zonas geográficas con un menor índice de vacunación son Aragón (7,7%), Cataluña (10,8%) y las Islas Baleares (11,1%).

En el grupo de personas mayores de 65 años –colectivo, de todos los grupos de riesgo, que presenta la tasa más alta de muertes asociadas por gripe - las comunidades más inmunizadas son Cantabria (50%), Asturias (46,2%) y las Islas Baleares (46,2%), y los porcentajes más bajos se encuentran en Extremadura (10%), las Islas Canarias (17,6%) y Castilla-La Mancha (18,8%).

Los trabajadores de los centros sanitarios son un grupo prioritario para la vacunación contra la gripe, ya que presentan un mayor riesgo de infección en comparación con la población adulta en general y, en este caso, los índices hacen esperar un incremento respecto a los del año pasado. Las comunidades en las que se ha vacunado un mayor porcentaje de profesionales sanitarios son Cataluña (30,05%), Madrid (30%) y la Comunidad Valenciana (29,2%), mientras que las zonas geográficas que presentan una menor tasa de inmunización entre este colectivo son Asturias (6,7%), Castilla-La Mancha (15%) y Cantabria (18,7%).

Entendiendo que no son los datos definitivos, las primeras informaciones disponibles nos indican que hay que seguir haciendo esfuerzos significativos por parte de toda la estructura sanitaria para lograr alcanzar los objetivos marcados por la OMS”, apunta el presidente de la Asociación Española de Vacunología, el Dr. Amos José García Rojas.

Según estas primeras tasas de vacunación, es evidente que tenemos que trabajar para que la población entienda que la gripe, si bien para la mayoría de la ciudadanía es un problema molesto y tremendamente desagradable pero sin una trascendencia clínica importante en líneas generales, hay sectores poblacionales a los que padecer la gripe les puede suponer un problema muy serio e incluso provocar la muerte. Al mismo tiempo, los profesionales sanitarios tenemos que ser conscientes de que vacunarnos de la gripe obedece a una triple responsabilidad: en primer lugar, somos y tenemos que ser un ejemplo para la ciudadanía en relación a las pautas de comportamiento de la salud. En segundo lugar, si no nos vacunamos, podemos ser propagadores del problema. Y, finalmente, somos parte de un colectivo profesional que es fundamental para el normal desarrollo de la vida en comunidad. No nos podemos permitir el lujo de contraer una patología prevenible y dejar sin atender a nuestros pacientes”, afirma el presidente de la AEV.

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