La vacuna de COVID-19, a estudio en una sesión formativa para farmacéuticos en Almería

27/1/2021
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La vacuna de COVID-19, a estudio en una sesión formativa para farmacéuticos en Almería

Desde el estallido de la pandemia en España, en el mes de marzo del pasado año, la profesión farmacéutica ha demostrado que sigue siendo el profesional de la salud más cercano a la población. No sólo no ha dejado de ofrecer su atención personalizada y especializada, lo que le hace ser una de las más valoradas en todas las encuestas, sino que también puso en marcha otros servicios complementarios como la dispensación de medicamentos a domicilio, la atención de urgencia ante violencia de género con ‘Mascarilla-19’.

Esta constante implicación en estar al día de los últimos avances disponibles para combatir la pandemia, ha dado lugar a la celebración del seminario web ‘Vacunas COVID-19 y Farmacia Comunitaria’, en el que participaron numerosos farmacéuticos de la provincia. Este seminario que fue impartido por la primera farmacéutica que forma parte de la junta directiva de la Asociación Española de Vacunología, Rosario Cáceres Fernández-Bolaños, quien a su vez también es coordinadora de vacunas del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.

A través de un completo programa inicial, la jornada virtual sirvió para abordar las distintas vacunas existentes frente al COVID-19 y sus especificidades, el sistema de vacunación que se ha puesto en marcha en nuestro país, su instrucción específica en Andalucía o la reconstitución de la vacuna Comirnaty.

Después de este repaso al marco existente, la coordinadora de vacunas del CACOF atendió las preguntas más frecuentes a los que los propios profesionales de oficina de farmacia hacen frente cada día, como puede ser su afección a alérgicos, inmunodeprimidos, personas con infección activa por COVID-19, embarazadas y niños, problemas de coagulación, pautas posológicas, coadministración con otras vacunas y la conveniencia o no de su obligatoriedad y la creación de un certificado vacunal.

En la charla, se reflejó que la media de persistencia de los anticuerpos es de cuatro meses y que los efectos adversos no siempre aparecen, quedan reducidos a una ligera molestia en la zona de la inyección (como cualquier vacuna) y dolor de cabeza o ligeros dolores musculares. Las reacciones alérgicas quedan limitadas a una proporción de una cada 100.000 casos, hasta 20 veces menos que en el caso de la penicilina, por ejemplo, si bien es conveniente que el paciente esté controlado unos minutos tras la inyección. También es recomendable que, aunque se haya pasado el COVID-19, se vacune si ha transcurrido ya más de tres meses.


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