El año 2021 ha sido un año con sobresaltos, en el que poco a poco la farmacia salía del letargo de una etapa en donde poco pudo interactuar con el paciente, un año donde el titular ha tenido que reinventarse para luchar con el comercio digital y con las redes sociales que en su día con la Covid-19 llegaron a competir con el comercio físico en la farmacia.

Esto ha servido para que el farmacéutico haga un análisis de la situación interpretando los resultados y con ellos buscar soluciones. Se ha analizado más el porqué de los descensos en operaciones, los incrementos en APO, la bajada de los tickets medios y los incrementos de categorías que promueven el bienestar y la prevención.

Categorías destacables y evolución de servicios
Han resurgido categorías de las que se habían ralentizado sus ventas como la dermocosmética y los solares y han repuntado otras como la salud ocular o la fitoterapia. E incluso se ha empezado a replantear la farmacia con una organización por necesidades de salud para facilitar y aportar desde este espacio de salud la atención y el servicio que desde la atención primaria no se logra aportar el paciente quien cada vez tiene más dificultades para acceder a su médico de cabecera y busca consejo en la farmacia.

El desarrollo de servicios sirve para acercar nuestro establecimiento al paciente y que sirva además de elemento diferenciador con respecto a otras farmacias, siendo una farmacia de cercanía que ofrece su consejo con un equipo mucho más implicado y más formado a través del servicio y de una coherente gestión de su base de clientes en quienes se realiza una selección de surtido lo más ajustada a sus necesidades estando aún más integrada así en la cadena de salud.

Innovación y compromiso social
Se han sufrido diferentes olas que permitían por momentos una mayor libertad que traía más movimiento a la farmacia. Y, con ello, tímidamente algunas se han atrevido a innovar, a incorporar nuevas gamas, reformar su establecimiento y retomar los servicios primero a distancia y poco a poco presencialmente según se restablecía el pulso de una vida seminormal.

La farmacia es, sin duda, un elemento fundamental dentro de nuestro sistema de salud y tiene capacidad para adaptarse junto a su equipo para hacer cada día más cosas. Ha demostrado su compromiso social y sanitario con esfuerzos constantes para garantizar el acceso a los tratamientos, acercar la asistencia y la medicación a pacientes vulnerables y responder a las dudas de la ciudadanía durante la pandemia.

El resultado ha sido mejor que el del 2020 y se ha puesto al frente de todo lo que ha requerido de su intervención en primera línea: siendo el farmacéutico una figura primordial en la educación de la población sobre la COVID-19, transmitiendo información veraz, alertando sobre “fake news” y desmintiendo bulos relacionados con el coronavirus y las vacunas. En este sentido, perfiles farmacéuticos en redes sociales han ayudado mucho.

Además, a nivel sanitario, se ha ofrecido como voluntario en programas de control de adherencia farmacéutica en pacientes con depresión o ansiedad cuyas dolencias se han agudizado durante este periodo, se han prestado para ofrecer al ciudadano un servicio para la detección de Covid adaptando sus instalaciones para ello, han colaborado en diferentes programas de salud y, en el último mes, han dedicado todos sus esfuerzos a conseguir que los test de autodiagnóstico de antígenos llegaran a todos los ciudadanos poniendo en riesgo su propio patrimonio.