Oftalmólogos de hospitales públicos catalanes han denunciado que, a raíz de los recortes, se ven obligados a suministrar un fármaco que es ilegal en España, si bien es igual de efectivo en los pacientes que el permitido por la Ley del Medicamento, lo cual no les ofrece la cobertura legal necesaria para su praxis médica.

El medicamento en cuestión es el antineoplásico Avastin, fabricado por Genentech y cuyo efecto en la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) es el mismo que el Lucentis, que, comercializado por Novartis, es el que sí tiene las indicaciones adecuadas en el marco legal para, entre otras, esta enfermedad que cada día sufren más pacientes de edad avanzada.

La crisis y los recortes presupuestarios en la sanidad han provocado que las gerencias de algunos hospitales públicos y concertados catalanes decidiesen a partir de 2009 suministrar regularmente dosis de Avastin en lugar de Lucentis, que tiene un coste mucho más elevado, un extremo del que, según diferentes médicos consultados, la conselleria de Salud tenía conocimiento.

El medicamento fabricado por Novartis en un inicio tenía un precio de más de 1.100 euros por dosis -que ha sido reducido a 700 a causa de la expansión de la enfermedad por el envejecimiento de la población y su mayor comercialización-, mientras que el precio de la dosis de Avastin, obtenido a partir de frascos de unos 16 cc (se inyecta 0,5cc), es inferior a 20 euros. Es así mucho más barato.

De todos modos, en la mayoría de hospitales que utilizan Lucentis, los viales individuales son manipulados en las farmacias para conseguir dosis extra y abaratar costes pero, aun así, el coste sigue siendo muy superior.

La diferencia de precio entre ambos fármacos, cuando el efecto en los pacientes es "exactamente el mismo", según los profesionales y varios estudios internacionales, provocó que la dirección de diferentes centros sanitarios impusieran el uso del Avastin, que sí que está indicado para esta enfermedad en países europeos como Alemania, Austria o Finlandia.

Fuentes jurídicas asociadas al Colegio de Médicos de Cataluña han estimado que la existencia del Lucentis excluiría la posibilidad de prescribir el Avastin como "fuera de ficha técnica" o como "uso compasivo", condiciones que posibilitarían la legalidad de un fármaco cuando el otro con indicación no ha dado resultado.

El detonante de esta reivindicación de cobertura legal ha sido la publicación de una carta al director de la revista de la Sociedad Española de Oftalmología por parte del jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Montepríncipe (Madrid), el doctor José Antonio Menéndez de Lucas, expresando su preocupación por la desprotección legal de los médicos con el Avastin.

Según Menéndez de Lucas, en caso de una reclamación del paciente el hospital se haría cargo "siempre y cuando el enfermo reclame por la vía patrimonial (contencioso-administrativa), pero no servirán si nos denuncia penalmente", ya que esta vía, que es "más rápida, sencilla y barata", es "la peor para el médico, ya que la responsabilidad penal es personal".

Así, en caso de que ocurriera algún tipo de incidente, "las condenas (cosa que hasta ahora no ha pasado en España ) no se limitan a una multa, sino que pueden implicar penas de libertad (prisión) e inhabilitación profesional".

Este hecho ha dejado a los médicos "con el culo al aire", tal y como ha declarado el jefe de servicio de Oftalmología de un hospital concertado de la provincia de Barcelona: "Preferimos inyectar Avastin que dejar a la gente ciega por negar o diferir la asistencia", ha aseverado el oftalmólogo, refiriéndose a la rapidez con que se agrava la enfermedad.

Este profesional ha remarcado que la gerencia de su hospital está empezando a actuar "con buena fe" y prevé en el futuro la autorización de un tercer medicamento, el Eylea de Bayer, con un coste intermedio de unos 200 euros, lo que podría poner solución a este conflicto.

El jefe de servicio de Oftalmología de otro hospital barcelonés ha explicado, además, que el CatSalut acordó con la gerencia de su centro financiar el Avastin aunque no tuviese las recomendaciones legales necesarias.

Asimismo, los profesionales consultados están preocupados porque Novartis consiguió ganar una sentencia en un contencioso administrativo contra las autoridades sanitarias en Baleares por la utilización de Avastín fuera de indicación.

En otra situación se encuentra el director de Oftalmología del Hospital Clínic de Barcelona, Alfredo Adán, que asegura que, aunque en el centro también se debatió el uso de los dos medicamentos por sus exactos efectos, suministra Lucentis ya que la Comisión de Farmacia del Clínic desestimó el uso de fármacos fuera de indicación. "No se puede dejar esta decisión en manos de los profesionales sino de la administración responsable", agrega Adán.

Por su parte, el gerente de Farmacia y del Medicamento de la Generalitat, Antoni Gilabert, ha declarado a Efe que desde la administración catalana tienen constancia de la existencia del debate, pero dejan en manos de los médicos el medicamento a utilizar porque "la decisión sobre el fármaco escogido corresponde a los hospitales".