El autocuidado es un mercado emergente que requiere de un impulso legislativo para ampliar el acceso a los medicamentos sin receta, defiende el director general de anefp, Jaume Pey

¿Cómo puede mejorar la indicación farmacéutica el autocuidado de la salud de la población? Este es el título de la mesa de actualidad de Infarma Madrid 2024, que reunió a Vicente J. Bauxaulí, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC); Jaume Pey, director general de la Asociación para el autocuidado de la salud (anefp); y Cristina Muñoz García, farmacéutica comunitaria y delegada de zona de Ciudad Lineal del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, que moderó la sesión.

Los farmacéuticos comunitarios pueden desempeñar un rol fundamental en el cuidado de la salud y la prevención a través del autocuidado de medicamentos y productos que no necesitan prescripción, pero que sí precisan de indicación farmacéutica. Es una de las conclusiones de una sesión que puso de manifiesto la necesidad de ampliar el arsenal terapéutico de autocuidado en la farmacia y de introducir cambios legislativos que permitan desarrollar estos productos, así como una oportunidad para abordar el tratamiento de síntomas menores a través de las farmacias comunitarias que contribuya a descongestionar el Sistema Nacional de Salud.

“El autocuidado después de la pandemia goza de un buen estado de salud”, avanzó Jaume Pey. Es un mercado emergente de 8.000 millones de euros a PVP, que incluye medicamentos sin receta, complementos de nutrición, productos de dermofarmacia, entre otros segmentos, que registra crecimientos anuales de ventas del 7 % tras la crisis. En la comparación con Europa, sin embargo, el mercado español sale perdiendo: el gasto medio europeo por persona asciende a 200 euros y en España se reduce a 164 euros per cápita. ¿Por qué? Para Pey la clave está en la baja penetración de los medicamentos sin receta en el mercado español. “Tenemos un campo de crecimiento en este segmento muy importante”, aseguró.

Tratamiento de síntomas menores: una oportunidad para el sistema de salud
Vicente J. Bauxaulí se centró en el servicio profesional de indicación farmacéutica. “Es donde más se muestra el valor añadido profesional en la farmacia; es un servicio que está demostrando cómo el farmacéutico aporta valor a la ciudadanía, un valor que se traduce en mejoría de la salud”, según destacó. 

Para el presidente de SEFAC hay que avanzar en el papel del farmacéutico y la industria en el tratamiento de síntomas menores, como un servicio que puede contribuir a reducir la presión asistencial del sistema, en línea con lo hecho en el Reino Unido a través del programa Pharmacy First. La sociedad científica ha hecho una propuesta en este sentido a las consejerías de Sanidad y a los propios colegios farmacéuticos para potenciar el servicio de tratamiento de síntomas menores a través de la farmacia comunitaria. “Hay que aumentar las competencias del farmacéutico sí o sí”, recalcó.

Baxaulí apuntó que los resultados de los estudios llevados a cabo en síntomas menores demuestran que “es coste efectivo ir a la farmacia para abordar los síntomas menores; es además un alivio económico para el sistema y también en la parte clínica”.

Ampliación del arsenal terapéutico
El grupo de medicamentos para tratar el dolor son los que más consultas generan en la farmacia. “El cambio de estatus de medicamento de prescripción a medicamento de no prescripción es una opción” para que el farmacéutico disponga de más posibilidades de tratamiento.

En esta línea, el director general de anefp considera que hay espacio para potenciar el autocuidado a través de la farmacia comunitaria en dolencias como la migraña, la disfunción eréctil o la sinusitis, entre otras. “No tiene sentido que estas indicaciones no se puedan hacer como autocuidado”. En su opinión, una de las claves es que, cuando se produce un primer diagnóstico, el medicamento pueda pasar al autocuidado. “Necesitamos ampliar las indicaciones de los medicamentos en la línea de otros países y necesitamos también que el marco legislativo nos permita una mayor acción farmacéutica para que los ciudadanos puedan acceder a estos tratamientos de forma libre”, reclamó. “Uno de los riesgos de no hacerlo -según advirtió- es recurrir a Internet a buscar estos tratamientos”.

Dentro de este paraguas legal, se requiere separar las competencias entre profesionales, avanzar en los registros y cambios en el estatus de prescripción de los medicamentos. Pey también señaló que “si no existiera el mercado del autocuidado, la sostenibilidad del sistema sanitario, tal y como lo conocemos, no sería posible”.

Cribados y productos de autotest
Otro ámbito de desarrollo en la farmacia comunitaria son los productos de autotest. “Necesitamos un marco legislativo que nos acompañe y que se ajuste a nuestra realidad de hoy”, pidió Pey. Para Baixaulí, los cribados son “una oportunidad abierta para las farmacias” donde, en su opinión, “hay que ampliar las competencias en esta área del farmacéutico”. En el caso de las infecciones de transmisión sexual, donde el Ministerio de Sanidad ha planteado la posibilidad del acceso gratuito a los preservativos, el presidente de SEFAC considera que hay que contar con la farmacia comunitaria para prevenir la aparición de casos nuevos a través de cribados. “El ciudadano puede acceder a estas pruebas a través de la farmacia, es una forma de parar este problema y de prevenir la aparición de casos nuevos de infección”, sostuvo.

La ley madrileña de farmacia incorpora, por primera vez, la indicación farmacéutica (artículo 3.5) de medicamentos entre los servicios regulados que podrán prestar los farmacéuticos, un avance en la actividad profesional y el reconocimiento del farmacéutico como profesional experto en el uso de los medicamentos que refuerza la no dispensación por criterio profesional.