La medida de la no adherencia

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Fernando Alcalde Olivera. Business Services Manager. Atlantis Healthcare.

La medida de la no adherencia

25/3/2013
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En las últimas décadas son incontables los avances que han contribuido al aumento de la calidad de vida de las personas: la tecnología, las políticas sociales o más concretamente, las medidas sanitarias y las ciencias de la salud han permitido mejoras muy significativas en nuestro bienestar y en la lucha contra enfermedades y dolencias históricamente incurables o necesariamente mortales, hace tan solo unas pocas generaciones.

 

La mejor información posible
Durante todo este tiempo, los principales artífices de este cambio, las personas obligadas a tomar decisiones importantes, se han basado en datos concretos y más o menos fiables sobre el éxito o el fracaso de medidas anteriores en la aplicación de soluciones sanitarias de todo tipo. Sin esos datos, algunas decisiones se hubieran tomado a ciegas, o incluso no se hubieran podido tomar. Asimismo, muchas de las decisiones futuras que en materia de salud nos afectarán a todos se deben apoyar necesariamente en los datos que hoy se recojan sobre el resultado en la aplicación de medidas implantadas actualmente.

La captura, tratamiento y reporte de todo tipo de datos se ha convertido desde hace tiempo y por propio protagonismo en materia importante de estudio. Datos relevantes y debidamente organizados producen información válida, contar con la mejor información posible es clave hoy en día para la toma de decisiones de cualquier ámbito. Por si misma no garantiza el éxito o la bondad de las medidas que se tomen pero predispone a ello al minimizar la falta de precisión o al descartar los datos poco relevantes o no útiles para el objetivo que se persigue. Sin datos organizados no hay información y sin información no hay en que basar la toma de decisiones, ni buenas ni malas.

El camino desde los datos en bruto a esa idílica “mejor información posible” es muy largo y ha costado muchos años convertirlo en ciencia. No es el mismo para todos los ámbitos ni para todo tipo de datos, pero en el devenir de este proceso se persigue necesariamente el mismo objetivo: la información debe ayudar a resolver los problemas a los que se enfrentan las personas en la toma de decisiones.

La importancia de medir
No ha sido un problema de fácil solución y aun así las sociedades modernas han sabido resolverlo con éxito. Hoy en día, el acceso a información válida y contrastada de gran parte del conocimiento humano está prácticamente al alcance de cualquiera, y aunque la irrupción de las nuevas tecnologías ha tenido mucho que ver en ello, no ha sido menor el esfuerzo de muchos en la captura, medida y tratamiento riguroso de la información.

A nadie sorprende que en cuestión de segundos y delante de un ordenador podamos saber que, según datos de las Naciones Unidas, la esperanza de vida en España ha pasado de 75.1 años en 1980 a 84.1 años en 20111 o que, según la Organización Mundial de la Salud, el 14% de las muertes en bebes menores de 5 años en 2011 se debió a Complicaciones del parto prematuro2.

Tan presente y cotidiana nos resulta esta capacidad de acceso a información válida, relevante y de una fuente contrastada, que olvidamos que hace tan solo unas décadas esto no era ni tan rápido ni tan fácil, y no solo porque la tecnología no lo permitiera, sino porque ni los datos se habían recogido, ni estaban organizados, ni existía el rigor que hoy en día aplican multitud de estamentos y gobiernos en la comunicación al mundo de estadísticas fiables. Tan importante es el acceso a la información como los mecanismos y las herramientas que nos permiten la medida e interpretación de los datos que la componen, que a su vez nos facilita su interpretación y una correcta comunicación en tiempo y forma.

Muy recientemente, y sobre esta idea, Bill Gates, copresidente de la Fundación Bill & Melinda Gates y cofundador de Microsoft, ha publicado un interesante artículo que reflexiona sobre la importancia capital que las herramientas de medida, que permiten hacer seguimiento de los datos en la lucha de problemas de todo tipo, desde la poliomielitis y la malaria en países pobres, hasta la educación en países desarrollados:

“[…] A lo largo del último año, he quedado impresionado por la importancia que tiene la medición para mejorar la condición humana. Uno puede lograr un progreso increíble si se fija una meta clara y encuentra una medida que impulse el progreso hacia ese objetivo […]”3

Gates destaca, entre otras cuestiones, los buenos resultados obtenidos por el sistema sanitario etíope en la recogida rigurosa de información sobre inmunización y como en los años recientes, la información recopilada por los centros sanitarios ha ayudado al Gobierno a responder más rápidamente a brotes de malaria y sarampión.

La medida de la no adherencia
En determinados ámbitos, el acceso o la captura de datos relevantes no siempre resulta tan sencillo como acudir a la fuente. En concreto, en el ámbito de la salud, disponer de un acceso directo a datos relevantes sobre pacientes, sus tratamientos o sus dolencias resulta tanto o más complicado que las propias decisiones que se deben tomar basándose en esta información. Existen en este sentido multitud de factores que pueden distorsionar o impedir el acceso a la información válida sobre los pacientes y su estado de salud: cuestiones legales y de consentimiento, el propio estado de salud del paciente, la tecnología utilizada, la intervención de personal sanitario, familiares o cuidadores, las creencias o los miedos del paciente y un largo etcétera de factores.

En este sentido, medir con rigor el efecto de las decisiones que tomamos en todo lo referente a pacientes y a sus tratamientos supone todo un desafío y cobra especial relevancia por los esfuerzos humanos y económicos que en este sentido realizan gobiernos, fundaciones, empresas privadas y profesionales de la salud y, en último término, los propios pacientes en relación a los tratamientos a los que se someten.

Para todos ellos, la no adherencia al tratamiento farmacológico por parte de los pacientes supone hoy en día un auténtico reto desde el punto de vista de la recogida, interpretación, elaboración y reporte de información, por no hablar de las consecuencias para la salud del propio paciente o de las pérdidas millonarias que supone para los sistemas públicos de salud.

Nuevas y mejores herramientas de medida
En un escenario donde el paciente no sabe, no puede o no quiere verbalizar sus propias creencias o miedos sobre la dolencia o el tratamiento al que está sometido, se hace necesario recurrir a herramientas de recogida y medida de la información mucho más específicas y elaboradas que un simple cuestionario o una batería de preguntas. La Psicología de la Salud es una de ellas y, en coordinación con una adecuada preparación del personal sanitario, es posible aumentar significativamente el valor de la información recogida sobre el paciente y su perfil de riesgo no adherente a tratamientos presentes o futuros.

La Psicología de la Salud no solo ayuda en la recogida y análisis de información, también permite la elaboración, basándose en ella, de estrategias específicas y personalizadas para cada paciente. Adicionalmente, ayuda a que estos afronten adecuadamente su dolencia y a que tomen decisiones encaminadas a aumentar su adherencia a los tratamientos a los que se someten, y en consecuencia, a mejorar su salud y su calidad de vida (una vez más buena información supone poder tomar buenas decisiones).

Otra de estas herramientas, necesariamente presentes en la gestión de programas de apoyo a pacientes basados en el aumento de la adherencia a sus tratamientos, es la tecnología: que actúa de auténtico catalizador en la recogida, tratamiento y comunicación de los datos relativos a pacientes y a su tratamiento. Exceptuando algunos años de recesión económica, en la última década las inversiones en sistemas de gestión de información por parte de empresas privadas y gobiernos para su utilización en el ámbito de la salud no han dejado de crecer y se ha convertido en extensiva para la gestión de la información de pacientes y sus registros clínicos. Los estudios y programas sobre no adherencia a tratamientos farmacológicos no han sido una excepción.

En la lucha por detectar los factores que marcan las causas de no adherencia de un colectivo de pacientes a su tratamiento, la tecnología garantiza poder hacerlo de manera individualizada incluso en programas para cientos de miles de pacientes con complejas patologías o tratamientos, con seguimientos que pueden durar años e involucrar a multitud de personal sanitario, permitiendo detectar de cada uno de los pacientes inscritos aquellos indicadores que condicionan su riesgo de no adherencia. En consecuencia, es posible elaborar para cada uno de ellos la estrategia más adecuada, permitiendo extraer conclusiones agregadas para el conjunto de la dolencia, el tratamiento o sobre el impacto y la eficacia de las estrategias creadas por la psicología clínica en la adherencia de los pacientes.

La unión perfecta
En la lucha por aumentar la adherencia de los pacientes a sus tratamientos, la unión de estrategias definidas por la Psicología de la Salud y de la tecnología está aportando resultados muy satisfactorios, permitiendo aumentos significativos en el grado de adherencia de los pacientes a sus tratamientos farmacológicos, reduciendo los costes de los mismos y, en definitiva, mejorando la salud y la calidad de vida de las personas.

Para los equipos de Psicología de la Salud y de Tecnología de Atlantis Healthcare, el diseño de la estratégica clínica de cualquier programa de adherencia y soporte a pacientes es único y en ambos casos, aun con herramientas muy distintas pero necesariamente interconectadas, se persigue dar solución a las mismas cuestiones:

* Crear las herramientas necesarias para medir y recoger los datos que perfilan a un paciente en función de su riesgo de no adherencia.
* Proveerle de la estrategia más adecuada para que afronte adecuadamente sus dolencias.
* Recoger la respuesta del paciente a dichas intervenciones y medir su eficacia en el cambio de comportamiento no adherente comparándolas con intervenciones pasadas.

En cada programa de apoyo la tecnología utilizada es desarrollada de manera específica para acoger la estratégica clínica que cada paciente pueda necesitar y desde la primera fase de su diseño contempla todos y cada uno de los requisitos concretos de captura, tratamiento y comunicación de información de los pacientes y sus dolencias.

Asimismo y si las necesidades del programa así lo requieren, la tecnología que gestiona toda la información de pacientes y sus dolencias también tiene capacidad de gestionar y reportar masivamente información de todos los profesionales de la salud intervinientes, de las organizaciones o los centros médicos involucrados, los dispositivos o aparatos médicos facilitados a los pacientes, e incluso de los informes facilitados a los laboratorios farmacéuticos en los casos de sospecha de aparición de reacciones adversas por efecto de un tratamiento.

En algunos casos, la información recopilada y estructurada a lo largo de toda la vida de un programa resulta de especial interés para su análisis desde muy distintos prismas. En todos los casos, la tecnología de los sistemas de gestión de información que envuelve cualquier programa de adherencia y soporte a pacientes diseñado y desarrollado por Atlantis Healthcare es capaz de elaborar informes en tiempo real incluyendo múltiples variables y para propósitos muy diferentes:

* Simples análisis geoestadísticos.
* Orientados al marketing que muestren el ritmo de inscripción de pacientes desde distintos Canales: Médicos, Centros Médicos, Farmacias, etc.
* La comparación de los resultados sobre pacientes intervenidos en el programa, frente a los obtenidos en grupos de control de pacientes fuera del programa para su posterior inclusión en estudios y publicaciones científicas.
* El seguimiento de la actividad de las fuerzas de ventas de los laboratorios farmacéuticos, cuando ésta interviene activamente en la inscripción de pacientes en el programa.

1. Fuente: ONU-DAES (2011).
2. Fuente: Observatorio mundial de la salud de la OMS (2011).
3. Fuente: Gates B. El plan de Bill Gates para resolver los problemas más graves del
    mundo. The Wall Street Journal, 2013 Enero 28.

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