Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (Macroeconomics and Health: Investing in Health for Economic Development, Report on the Commission on Macroeconomics and Health, Jeffrey D. Sachs, WHO, 20 December 2001) un incremento medio de 10 años en la esperanza de vida, añade 0,35 puntos al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de un país. Una sociedad enferma será una carga para un país, mientras que una sociedad sana incrementará su productividad y contribuirá a un crecimiento sostenible y a largo plazo.

Es esencial, también, entender la atención sanitaria actual como un proceso continuo e interconectado. En un sistema sanitario moderno, el proceso de atención sanitaria completo abarca la prevención, el diagnóstico, la terapia, la rehabilitación y los cuidados de larga duración. Cada una de las etapas del mencionado proceso debe optimizarse, siendo el paciente el foco de todos los esfuerzos. El objetivo debe ser curar al paciente lo más rápido y al menor coste posible. Para lograrlo, los profesionales sanitarios necesitan disponer de toda la información relevante en el momento preciso y en el punto de atención adecuado.

¿Y qué aporta la tecnología? El concepto eHealth define la aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación –Information & Communication Tecnologies (ICT)- a todo el amplio abanico de funciones y operaciones que se desarrollan en el sector sanitario. Se refiere también a las herramientas e instrumentos diseñados y dirigidos para su utilización por los gestores y profesionales sanitarios, así como a los sistemas de salud personalizados para pacientes y ciudadanos. La eHealth versa sobre la interacción entre los pacientes y los proveedores de servicios sanitarios, la transmisión de datos entre las diferentes instituciones involucradas en la asistencia sanitaria, o las comunicaciones P2P (peer-to-peer) entre pacientes y/o profesionales sanitarios. Asimismo, es eHealth todo lo que atañe a redes de información sobre salud, archivos de datos sanitarios, servicios de telemedicina, o sistemas portátiles para prevención, diagnóstico, tratamiento, monitorización y control de los hábitos de vida de los pacientes.

Dentro del término eHealth se engloban diferentes tipos de sistemas (Sistemas de Información Hospitalaria –Hospital Information Systems-, Sistemas de Información Clínica –Clinical Information Systems-, Telemedicina, Redes Integradas de Información sobre Salud y Sistemas de soporte no clínicos) que cubren las siguientes funciones:

- Intercambio de datos (bases de datos, archivos y redes de información integrados, registros e historias clínicas de pacientes).
- Educación sanitaria y sobre salud (plataformas y servicios de e-learning, educación a distancia online).
- Información sanitaria (redes de información sanitaria, portales sobre salud, Health 2.0).
- Soporte a la investigación clínica (herramientas e instrumentos para investigación y monitorización, sistemas para seguimiento de enfermedades).
- Soporte a la prestación de asistencia sanitaria (dispositivos para prevención, diagnóstico y tratamiento).
- Atención sanitaria remota (telemedicina, mHealth).

La utilidad de la eHealth no se discute en absoluto. Nadie hoy en día cuestiona la necesidad de dispositivos tecnológicos imprescindibles para el desempeño del trabajo diario de los profesionales sanitarios. Las conclusiones del Consejo de Europa sobre “Safe and Efficient Healthcare through eHealth” (Consejo Europeo, diciembre 2009), reconocen la importancia de la eHealth como una herramienta para aumentar la calidad y la seguridad del paciente, para modernizar los sistemas sanitarios de los diferentes países, para incrementar su efectividad y su adaptación de cara a satisfacer las necesidades individuales de pacientes, profesionales sanitarios y los retos de una sociedad envejecida”. De entre los beneficios de la eHealth se pueden destacar:

- Facilita el acceso a la atención sanitaria.
- Mejora la calidad de la atención.
- Aumenta la calidad de vida de los pacientes.
- Incrementa la seguridad del paciente.
- Optimiza el tiempo de los profesionales sanitarios.
- Ahorra costes y tiempo.
- Moderniza y mejora la eficiencia de la atención sanitaria.
- Asegura la transferencia de la historia clínica e información del paciente.
- Reduce el impacto sobre el medio ambiente.
- Contribuye a la competitividad de la economía en el seno de la Unión Europea.

Tampoco podemos obviar la enorme importancia que para el avance de la calidad y la eficiencia en la atención sanitaria, tienen la estandarización de los procesos asistenciales y la aplicación de protocolos clínicos. A ello también contribuye la Tecnología Sanitaria. El estudio realizado en Estados Unidos, “To Err is Human” (Institute of Medicine, 1999) estimó que, aproximadamente, 90.000 muertes al año están causadas por “acontecimientos adversos” durante el tratamiento de los pacientes. El factor humano se ha evidenciado como la principal causa próxima del error, por lo que se requiere incrementar y facilitar la cultura de seguridad de los profesionales tanto mediante una mejora de las actitudes y aptitudes en la estandarización de los procedimientos del hospital, como mediante la introducción y uso de las tecnologías aplicadas a la atención sanitaria, que proporcionan un amplio rango de soluciones para responder a los requerimientos asociados con la detección y diagnóstico precoces y el tratamiento eficiente de muchas patologías.

Desde la perspectiva actual, uno de los ejemplos de avance potencial en cuanto a la calidad y la eficiencia es el área de medicación. Según el citado estudio, los errores en la medicación administrada en hospitales americanos, desencadenan 7.000 muertes anualmente. Otros estudios realizados en países europeos, como el desarrollado en España, Estudio Nacional de Eventos Adversos asociados a la Asistencia (ENEAS), llegan a conclusiones similares. El interés y la preocupación por el control de la medicación intravenosa administrada a los pacientes, ha dado como resultado una serie de productos de aplicación de la Tecnología Sanitaria, diseñados para potenciar la seguridad del paciente, reducir los errores de la infusión intravenosa y aumentar la productividad del profesional sanitario. Como ejemplos: aplicaciones que desde un servidor proporcionan un software de seguridad a las múltiples plataformas de infusión, así como el marco para la creación y el control de las mejores prácticas definidas en el hospital entre múltiples áreas terapéuticas, o bibliotecas de fármacos definidas para el hospital y específicas de cada área de atención, por ejemplo, unidad de cuidados postoperatorios (UCPO), unidad de cuidados intensivos (UCI), oncología, pediatría…

Los sistemas avanzados de Tecnologías de la Información y la Comunicación aplicados al Healthcare nos ofrecen la posibilidad de hacer que toda la información relevante concerniente a cada paciente individual, esté disponible en cualquier lugar y en cualquier momento. Los sistemas que operan en red en hospitales y consultas médicas, optimizan el modo de trabajar y permiten un flujo continuo de la información, proporcionando soporte y permitiendo todos los pasos en el proceso continuo y enfocado en la atención al paciente: desde la admisión, hasta el alta hospitalaria, incluyendo la rehabilitación y los cuidados y atención a pacientes crónicos. De este modo, la información en todas y cada una de las fases en el proceso de atención sanitaria está disponible para todos los participantes en el mismo, contribuyendo a evitar posibles errores fatales, mejorando la calidad de la atención y reduciendo los costes sanitarios asociados. Este es el valor añadido que aporta la tecnología aplicada a la Sanidad, incrementando la eficiencia y la calidad de la atención sanitaria, beneficiando al paciente y al mismo tiempo siendo costo-eficiente para la sociedad.

Todo lo expuesto anteriormente tiene, necesariamente, que abocarnos a recapacitar, especialmente a nuestros dirigentes políticos y a los gestores de nuestros recursos sanitarios, para que se reconduzcan los presupuestos a inversiones que permitan un futuro “saludable” para nuestros hospitales, centros y profesionales sanitarios: inversiones en Tecnología de la Salud. Ello redundará en que España siga teniendo una Sanidad de calidad que preste unos adecuados servicios asistenciales a sus ciudadanos. La respuesta no es “no gastar”, sino optimizar la gestión de los recursos potenciando la implantación y utilización de la tecnología y el desarrollo de la I+D+i. Esto no es gasto sino inversión. Inversión de futuro.