Según el diccionario urbano, Postureo es el término que se utiliza para aparentar que haces algo.

Obviamente, añado, para buscar el LIKE o la aprobación, admiración, celebración, declaración pública de cualquier persona que se hace llamar “contacto” (sea lo que sea lo que significa eso hoy día) sobre “lo que haces”. Lo que “compartes”. Tu “contenido”. 

Porque parece que todo lo que hagamos tiene que tener un reflejo en Internet. Es el único medio capaz de contener un ego tan grande que solo un mundo virtual puede abarcarlo.

Hace unos años, un estudio alertaba de la correlación entre la evolución de las letras de las canciones pop y el narcisismo general. El nosotros está desapareciendo, las preocupaciones van diluyéndose, el amor se va perdiendo y ¿adivináis cuál es la palabra que se repite con más fuerza en las canciones pop?

(Hello, it´s) ME.

Las redes sociales nacen, salen, mutan y, bueno, el contenido es el rey, o no (¿os suena Snapchat?), sobre todo solo si habla de mí o tiene que ver conmigo.

Pero no nos equivoquemos. El postureo no es el enemigo. Está dando de comer a muchas marcas y a mucha gente. Así que estamos llegando al punto en que es no solo sostenible, sino saludable.

¿Que una red social creada para conocer gente por videoconferencia aleatoriamente alrededor del mundo se convierte en el paraíso del onanista? Pongamos a una mujer enseñando (en ella misma) a hacer una exploración mamaria para prevenir el cáncer.

¿Que los usuarios se hartan de compartir comida en Instagram? Hagamos que la compartan DE VERDAD con quienes pasan hambre.

¿Que a través de una aplicación podemos valorar a nuestros ligues más cercanos (en el tiempo y en el espacio) con una x y un corazón? Recordemos la situación de las que no pueden elegir sobre quiénes serán sus futuros maridos. 

¿Qué ahora se llevan las barbas y los bigotes? Transformemos un mes cualquiera en Movember y hagamos que el mes de noviembre el postureo bigotil le haga bien a la salud del hombre.

¿Que aquí todo el mundo es runner, aunque solo sea para hacerse la foto suela+suela de sus zapatillas? OJO. 

¿Cuántos de vosotros habéis impulsado/participado en una campaña de prevención DE-LO-QUE-SEA y habéis recomendado a pacientes de cualquier tipo que empiecen por moverse y por andar?

Recordemos sus beneficios, a grandes rasgos: ponerse en forma, prevenir riesgo cardiovascular, estimular la capacidad pulmonar, potenciar el sistema inmune, aumentar la autoestima, activar el metabolismo, reducir el riesgo de hipertensión, diabetes, osteoporosis…

Sí, ya sé que me dejo bastantes cosas y que no pongo referencias pero, ¿no os dice algo? Esperad: tengo más.

Teniendo en cuenta que algunos de los contenidos más compartidos en Instagram son amaneceres o atardeceres bonitos (mucha de la felicidad de las redes sociales es fingida, pero vuelvo a la carga):

¿Cuántos de vosotros habéis impulsado/participado en iniciativas para concienciar sobre el optimismo en los pacientes, vital para el cumplimiento terapéutico y clave en las enfermedades crónicas?

Me gustaría pensar que hemos llegado a un punto de inflexión. Que el paciente (empoderado o no) haya dejado de ser mero consumidor de consejos y productos y pase a protagonizar, al menos, sus propios hábitos saludables.

¿Transformaremos la prescripción pura en recomendación de una cantidad diaria de postureo?

Estos son algunos de los consejos a pacientes que más he escrito a lo largo de mis años de copywriter en salud. Y a su derecha, en el postureo en lo que podrían mutar.

- Evite el aislamiento -> Instale whatsapp (con micro).
- Empiece el día con optimismo -> Comparta una foto positiva en Instagram.
- Haga ejercicio -> Y cuéntelo en runtastic.com.
- No descuide su imagen personal -> Hágase selfies a diario.
- Siga una dieta saludable -> Haga check-in en un restaurante gluten-free.
- Realice actividades al aire libre -> Cómprese un palo selfie.
- No permite que su enfermedad sea un tabú: ¡hable! -> Abra un Snapchat.
- Póngase en contacto con otros pacientes -> Pulse en “Agregar amigo”.
- Evite el estrés -> Aprenda a tejer con We Are Knitters.
- Ayude a crear un hábito a su hijo, con un objetivo y un plan para conseguirlo -> Vayan a un curso de cocina madre-hijo.

Lo sé. No se puede prescindir de algunos consejos. Pero no pasaría nada por revisarlos o complementarlos, ¿verdad?

Voy más allá. ¿Qué pasaría si en los materiales de visita médica se incluyesen datos sobre los beneficios de las redes sociales en la salud de algún tipo de paciente? ¿Si la Formación Médica Continuada se actualizase en habilidades sociales y de creación de contenido?

Si os atrae la idea, tenemos mucho de qué hablar. Porque creo que la Salud, como la Cultura, como la Lengua, como el Derecho, tiene que evolucionar con las personas.

Y los profesionales sanitarios ya lo están haciendo. ¿Dónde están el resto de los agentes?

- Wikisanidad sigue sin patrocinador. ¿En serio nadie va a facilitar esa información y/o mejorar ese portal?
- ¿Dónde está la merecidísima campaña de www.e-lactancia.org (para formar sobre la interacción de medicamentos y lactancia, ahorrando tantos costes para el Sistema Nacional de Salud) en Atención Primaria y Farmacias?
- ¿Y la campaña sobre la prevención del bullying en colegios y centros de psicología infantil?
- ¿Es posible que el Gobierno de un país europeo, en pleno siglo XXI, siga permitiendo las páginas web ANA y MÍA, que promueven la anorexia (ANA) y la bulimia en adolescentes (MIA)?
- ¿No nos ha enseñado nada MI VIDA SIN TI, el proyecto en Twitter para dejar de fumar con la ayuda de profesionales sanitarios?

Puede que si pensamos que nuestra sociedad está claramente enferma, empecemos a activarnos.

En fin, aún hay mucho que hacer. Los nativos digitales (entre los que se encuentran los futuros profesionales sanitarios, por cierto) crecen con Internet, pantallas, LIKES, contactos, móviles y palos selfie. Y por supuesto, con postureo. Está en nuestra mano pretender que no pasa nada o aprovecharlo.

Nuestro futuro está en juego. Porque como dijo Doc (no olvidemos que este artículo va de postureo), cuando Marty Mcfly le pregunta si en el futuro nos volveríamos “gilipollas o algo parecido”:

- ¡Son vuestros hijos! ¡Tenéis algo que hacer con vuestros hijos!