Medidas preliminares para mejorar la sostenibilidad del SNS

11/11/2016
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Medidas preliminares para mejorar la sostenibilidad del SNS
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Las medidas han sido consensuadas por más de 140 expertos repartidos en 12 grupos de trabajo que han profundizado en diferentes aspectos con el fin de preservar y mejorar el sistema sanitario.

Una mejor gestión de los recursos humanos y materiales, el rediseño de la atención sanitaria, el control del gasto farmacéutico, protocolizar el uso de TICS e implicar al paciente en su atención, son algunos de los ejes sobre los que se articulan las medidas consensuadas.

La crisis del modelo sanitario actual precisa de una intervención inmediata para responder a las necesidades actuales de una población envejecida, con una gestión insuficiente de la cronicidad y en un entorno con recursos limitados. Para dar respuesta a este escenario, el pasado mes de octubre Madrid acogió el II Foro Bienal de la Fundación Economía y Salud en el que más de 140 expertos profundizaron en las medidas a aplicar para conseguir mantener y mejorar la calidad del Sistema Nacional de Salud (SNS) y a la vez, garantizar su sostenibilidad.

Se trata del mayor Foro de debate organizado en España en el que se analiza medidas de tipo estratégico y organizativo para redimensionar la estructura del SNS, corregir ineficiencias y reasignar recursos para seguir haciendo frente al impacto que tiene la salud en el desarrollo de la población. En este sentido, Alberto Giménez, presidente de la Fundación Economía y Salud señaló que “desde su creación, la Fundación ha incidido en el hecho de que el Sistema de Salud es un bien social a preservar y mejorar. Y, precisamente, una de las cualidades que más lo legitiman es que sea sostenible, ya que de ello depende que pueda ser universal y accesible”. 

Redibujar el sistema
Las medidas prioritarias propuestas por los expertos participantes en el Foro se orientan hacia un rediseño del Sistema y, en opinión del doctor Carlos Arenas, vicepresidente de la Fundación Economía y Salud, “aunque muchas de ellas no implican coste económico sino solo hacer las cosas de forma diferente, otras medidas permitirán mejorar la salud y calidad de vida de las personas, de tal forma que el mayor coste inicial esté justificado por una inversión en salud”.

En este marco, los 140 expertos participantes, distribuidos en 12 grupos de trabajo, fueron debatiendo y priorizando las medidas de mejora del sistema. De las medidas propuestas se seleccionarán las de mayor consenso, que serán priorizadas y cuantificadas económicamente por el Comité Científico de la Fundación, y que serán plasmadas en unos meses en un documento completo con toda la información analizada.

A continuación se detalla una selección de 30 medidas preliminares consensuadas por los diferentes grupos de trabajo:  

• Potenciar, difundir e implantar en los Servicios de Salud de las comunidades autónomas (CCAA), la Estrategia “No hacer” que lidera el Ministerio de Sanidad en la que participan 50 Sociedades Científicas y que define aquellos procedimientos a eliminar de la asistencia porque no aportan valor según la evidencia científica disponible.

• Auditar y evaluar las entradas en lista de espera, si sobrepasan un ratio poblacional de la media consensuada, para valorar si se está haciendo adecuadamente la indicación del procedimiento quirúrgico o asistencial.

• Evaluar a los equipos de trabajo y centros sanitarios en función de resultados en salud y hacer pública dicha información.

• Monitorizar las variaciones en la práctica médica y realizar un seguimiento de las mismas ante un nivel de desviación consensuado.

• Evaluar el exceso de prescripción farmacoterapéutica, utilizando la conciliación farmacoterapéutica al alta y un seguimiento clínico y farmacológico de los pacientes polimedicados.

• Disponer de los resultados de la evaluación de tecnologías sanitarias de manera fácil e integrada en la historia clínica electrónica.

• Extender el modelo de atención integrada por procesos únicos con el fin de conseguir la continuidad asistencial entre atención primaria y especializada.

• Crear una oficina nacional para la interoperabilidad de la historia clínica electrónica y desarrollar un Plan Nacional de Interoperabilidad de la información sanitaria del ciudadano.

• Fomentar la donación de datos entre administraciones para facilitar el desarrollo de un Big Data interoperable.

• Utilizar el Big Data y otros sistemas de análisis inteligente como ayuda a la toma de decisiones gestoras.

• Desarrollo de la gestión remota de pacientes crónicos a través de la telemedicina.

• Elaborar “píldoras de información” dirigidas al ciudadano/paciente a través de la inteligencia artificial, con el objetivo de mejorar su salud a través de canales accesibles (Smartphone, redes sociales…).

• Seguir desarrollando e impulsando ‘portales de salud de pacientes’, a través de los que el ciudadano pueda acceder a toda su información asistencial, así como gestionar algunos trámites como solicitud de citas e informes.

• Facilitar a los pacientes formación avalada sobre autocuidados.

• Desarrollar escuelas de pacientes en todas las comunidades autónomas donde los pacientes interactúen y formen a otros pacientes.

• Desarrollar la capacidad real del usuario/ciudadano para elegir proveedor de salud en base a la información disponible y publicada.

• Hacer pública la información de eficacia clínica y seguridad asistencial de los proveedores asistenciales, médicos y otros profesionales, equipos e instituciones.

• Concertación de camas de cuidados medios sociosanitarios e integración en la red de uso público.

• Elaboración de un Plan Estratégico Sociosanitario a nivel global, liderado por un ministerio unificado de Sanidad y Asuntos Sociales o, si están separados, por ambos.

• Desarrollo específico de las competencias en comunicación y humanización, y evaluarlas, en los planes de estudio de pregrado y de postgrado de las profesiones sociosanitarias.

• Integrar, bajo una única estructura organizativa, los recursos de atención a domicilio, que actualmente se encuentran en atención especializada, ámbito social, cuidadores y atención primaria.

• Potenciar la Enfermería como figura estratégica en este nuevo cambio de paradigma asistencial, estableciéndose nuevos roles y rediseñando competencias.

• Creación de un Plan Nacional de Benchmarking. En este punto, se podrían aprovechar experiencias privadas ya existentes e integrarlas en una estrategia de medición y mejora, a nivel nacional, para compartir buenas prácticas (por ejemplo, el proyecto Top 20, el Best in Class…).

• Desarrollo de la Gestión Clínica con criterios consensuados a nivel nacional para un mayor empoderamiento de los profesionales.

• Establecimiento de nuevas fórmulas de contratación de riesgo compartido de fármacos como el  pago por resultados, o el pago poblacional con topes anuales.

• Elaborar e implantar planes de eficiencia energética en centros hospitalarios y sanitarios.
• Implementar incentivos que supongan una diferenciación retributiva basada en la contribución de cada profesional a los resultados de la organización sanitaria.

• La elección de los directivos sanitarios debería ser por acreditación profesional y en función de méritos y proyectos.

• La gestión sanitaria se debería regular e incluirse en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias.

• Establecer una estrategia de internacionalización de nuestro sector salud basado en las ventajas competitivas que ofrecemos como país y sistema de salud.

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